Panorama de LJ Ramos Brokers Inmobiliarios sobre el mercado residencial en la actual coyuntura económico-financiera.
A partir de mayo la dinámica del mercado se ralentizó, como efecto lógico por la suba del dólar, el aumento de las tasas de interés, los salarios creciendo a un ritmo más lento y el contexto de incertidumbre con respecto a la marcha de la Economía.
El ritmo de venta del primer cuatrimestre estaba principalmente motivado por la demanda de créditos hipotecarios para la vivienda, la cual cayó más del 20% en el último bimestre. Mientras que, en los proyectos nuevos, la devaluación ayudo a bajar el costo de construcción en dólares permitiendo que los desarrolladores tengan una mejora en el margen, lo que podría generar un espacio para la baja de precios.
En tanto, en el mercado de los alquileres, los precios crecieron 16,7% en lo que va del año. En 2017 los alquileres habían aumentado 33%, lo que resultó por arriba de todos los índices de inflación. Respecto a los ajustes en pesos, siguen siendo semestrales y están en un 13% aproximadamente.
Por otra parte, al evaluar las zonas más cotizadas, actualmente se ve que son las mismas que las del año pasado: Belgrano, Colegiales, Núñez, Recoleta, Palermo y Puerto Madero.
A FUTURO
Concretamente, en base a nuestra experiencia en los últimos dos meses, podemos decir que el mercado está expectante y que hay una demanda contenida a la espera de nuevas señales.
Teniendo en cuenta la experiencia de épocas similares de devaluación e incertidumbre es probable que parte del panorama a futuro sea con valores de venta estancados, márgenes de negociación ampliándose y mayor oferta. Ante un dólar que se tranquiliza, históricamente las operaciones reaparecen y se incrementan en volumen, teniendo en cuenta que el ladrillo vuelve a ser sinónimo de resguardo de valor.