Comunidad Real Estate - “Los arquitectos argentinos somos generadores de producto”

Entrevista 10 junio 2019

Arquitectura

“Los arquitectos argentinos somos generadores de producto”

En una entrevista exclusiva para Comunidad Real Estate, Martín Bodas socio del reconocido estudio BMA habla sobre sus nuevos proyectos, el trabajo con estudios internacionales y cómo evitar “dibujar hijos que nunca nacen”.

Desde la recepción se lo escucha hablar de un FOT y un FOS que parecen ser buenas noticias sobre un futuro proyecto del estudio. Mientras tanto, la recepcionista habla por teléfono con el presidente de una de las desarrolladoras más importantes de Argentina que quiere comunicarse con él. Al rato entra un hombre que también pide verlo y a los cinco minutos otro. 

Los techos altos y las molduras dan cuenta de la historia de esa casa reciclada en el corazón de Belgrano que es la oficina en Buenos Aires del estudio BMA fundado por Martín Bodas, Rodolfo Miani y Alejandro Anger hace 26 años. A pesar de que es viernes a las seis de la tarde y de las tres personas que lo esperan en la recepción Martín saluda con una sonrisa amable y relajada.

Desde sus inicios BMA ha proyectado más de un millón y medio de metros cuadrados, además de la oficinas de Buenos Aires tienen sede también en Chile y Panamá, diseñan para varios países latinoamericanos, Estados Unidos y han trabajado con arquitectos de la talla de Norman Foster, Richard Meier y el estudio Zaha Hadid. Por algo el ajetreo de ese viernes en la oficina a Martín no lo altera.

Los proyectos en los que trabaja el estudio son en un 80% para el extranjero. Si bien BMA adquirió renombre internacional por el diseño de varios de los centros comerciales más conocidos de Latinoamérica empezando por su primer proyecto para el Solar de la Abadía, su firma también está puesta en edificios corporativos como el de Catalinas, el Aeropuerto Jorge Newbery, el Aeropuerto de Guayaquil o el Complejo Villa de Mar en Pinamar.

Actualmente trabajan en el primer edificio de la marca Aston Martin en Brickell desarrollado por Germán Coto de casi 70 pisos que será muy significativo para el skyline de Miami. En poco tiempo se inaugurará un centro comercial en Bogotá que es la primera etapa de un proyecto de usos mixtos que diseñaron en conjunto con el estudio inglés Norman Foster. Es un mega proyecto de casi 300.000 m2 que significará una renovación urbana para esa área de la capital colombiana. A esto se agrega el proyecto en conjunto con el estudio Lopatin para la nueva torre en Libertador y Bullrich en donde se incorporó también el estudio de Zaha Hadid para la fachada y áreas comunes.

¿Cómo es trabajar con estudios tan importantes como Norman Foster, Richard Meier o Zaha Hadid?

Uno tiene más pruritos de lo que tienen los estudios de afuera. Cuando trabajamos con Richard Meier él hacía la cáscara y nosotros los interiores. Fue una bendición, súper fácil. Lo mismo con Norman Foster. Hicimos sesiones en el estudio de ellos en Nueva York y fue una mesa de trabajo. Como nosotros teníamos más experiencia en el armado de centros comerciales nos decían que les enseñemos y como ellos tenían más experiencia en edificios nos enseñaron eso a nosotros.

¿Es lo mismo un desarrollador argentino o extranjero?

La arquitectura no tiene idioma. Uno muestra lo que dibuja. Ahora, por ejemplo, estamos haciendo casas en Emiratos Árabes y no sabemos quién es nuestro cliente. Son solo mails y renders. En todos lados lo fundamental es que cierre el negocio. Para nosotros lo primero es la arquitectura pero la arquitectura en el fondo para los desarrolladores es un engranaje de un gran negocio. Actúan todos los factores económicos, financieros, aprobaciones, interiorismo, etc.  Lo difícil es encontrar la conjunción del valor de la idea con un buen negocio porque si no, dibujamos hijos que nunca nacen.

¿Cómo se ven a los arquitectos argentinos afuera?

Ser arquitecto argentino sobre todo en Latinoamérica tiene una distinción particular. Los arquitectos argentinos somos generadores de producto, siempre tratamos de crear algo que sea diferente. Por ejemplo, en Colombia los desarrolladores tienen toda una estructura detrás: bancos, cajas previsionales, etc. En el fondo el producto no importa tanto porque está todo tan armado que no hay tanto riesgo. Acá es al revés, la gente elije por el producto no por la financiación porque en el fondo no existe. Por eso los arquitectos argentinos somos generadores de productos, buscamos siempre innovar.

¿Cómo pensás la sustentabilidad?

Para mí es más importante el proceso que el resultado. Durante el proceso de ejecución del edifico es donde más podés dañar. Porque en el edifico terminado en el fondo la tecnología te lo va a cambiar todo el tiempo, van a haber nuevas soluciones tecnológicas. Pero la ejecución es algo que no lo podés cambiar, la generación de basura por ejemplo. Ese aspecto en otros países están más avanzados. Por otro lado lo sustentable tiene mucho que ver con lo social. No es solo que gaste poco. Tiene que ver con si tu edificio está bien implantado, cómo genera o desgenera el medio próximo desde el punto de vista de lo social, básicamente si mejora la vida de las personas.

¿Qué significa para vos mejorar la vida de las personas en el contexto de la arquitectura?

Para mí tiene que ver con la generación de plusvalía. La gente automáticamente piensa en lo económico pero yo hablo de la plusvalía urbana y social. Si un desarrollo importante, con impacto, no genera plusvalía hacia afuera es mejor no hacerlo. Sobre todo en ciudades tan constituidas como ésta. Por ejemplo, si la misma cantidad de metros lo puedo poner en una torre o en edificios que participan del medio próximo y le hago plazas, espacio público y semi público genero valor hacia afuera. No estoy en contra de las torres, hemos diseñado varias. La torre es un edificio que se cierra en sí mismo pero hay que ver cómo esa torre se comunica con el medio, qué es lo mejor para ese lugar.

Ustedes hacen proyectos residenciales, comerciales, unifamiliares, aeropuertos ¿Hay algún eje que se mantenga en tanta diversidad?

Nuestro estudio es un estudio de proyecto. No vamos a obra, los contratos son sólo de supervisión de arquitectura. A veces eso tiene una consecuencia: dejamos los chicos jóvenes, te desprendés rápido del proyecto y dejás mucho a la interpretación. Lo importante es la potencia de la idea, si la idea es potente el edifico puede sufrir modificaciones o interpretaciones menores pero va a seguir subsistiendo. A mí me parece que la fortaleza de la idea es nuestro eje y eso lleva a que nuestros edificios sean siempre distintos.

Ya es tarde, la entrevista termina pero el viernes de Martín no. Sin embargo, saluda tranquilamente, sonríe y continúa con las reuniones en las que surgirán y se desarrollarán esas ideas potentes que marcarán nuevos desarrollos inmobiliarios exitosos.



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